A finales del año 2007 comenzaban a realizarse una serie de actuaciones en torno a la estación de ferrocarril portuense, cuando aún se hablaba de una posible parada del AVE en la ciudad. Tras derribarse el edificio de la antigua estación regionalista, en noviembre de ese año, en abril de 2008 se abría la nueva estación, y junto a ella se construían nuevos accesos como el paso subterráneo que conecta con la carretera de acceso a los polígonos industriales, a la altura del polígono San José Bajo.

En aquel momento se ponía en marcha también el apeadero de Valdelagrana y se construía un nuevo módulo en la parte trasera de la estación, junto a una zona de aparcamiento.

Aunque en su día se dijo que aquel segundo acceso a la estación desde la calle Francisco Cossi Ochoa -donde se encuentran el edificio del Matadero Viejo y el restaurante Aponiente, con tres estrellas Michelin- se iba a habilitar con máquinas expendedoras de billetes, para poder utilizar este módulo como un acceso alternativo a los andenes, lo cierto es que en estos 16 años el edificio nunca se ha puesto en uso, presentando en estos momentos un aspecto deplorable, con la cartelería luminosa rota y las ventanas opacas como si se tratara de una obra reciente.

Aquella obra fue acometida por el Ministerio de Fomento, y tan solo se utiliza el aparcamiento situado junto al módulo cerrado, sobre todo cuando hay actividades organizadas por alguna de las asociaciones locales que tienen su sede en el Matadero Viejo.

En su día el Ministerio tendría en mente el Plan Especial de Reforma Interior previsto para el entorno del Monasterio de la Victoria, que se vio frustrado por la anulación del PGOU de 2012 y que ahora se quiere retomar para reordenar urbanísticamente toda la zona.