En la actualidad contamos con muchos distractores y ruido que enturbian una conversación, cuando tratamos de tener una escucha activa con nuestro interlocutor, sobre todo, si estamos tratando temas delicados o intentando resolver algún conflicto con nuestra pareja. Se dejan conversaciones a medias y el cerebro recoge parte de la información, muchas veces, seleccionada por nosotros en base a lo que nos da la razón que justifique el reproche posterior. 

Es lo que la experta en gestión de la ira, Sonia Díaz Rois, llama traductor simultáneo. "Si ya nos cuesta bastante expresar lo que sentimos, imaginemos lo que ocurre cuando la persona con la que hablamos lo está reinterpretando en base a su realidad y está transformando nuestro mensaje, que muchas veces no tenemos claro, en algo que tenga sentido en su mundo".

La experta en gestión de la ira, asegura que: "En lugar de ayudarnos a comprender cómo nos sentimos, escuchando y preguntando, interesándonos de verdad, solemos traducir el mensaje para que encaje en nuestro propio conocimiento y experiencia. Y es ahí cuando el traductor petardea bastante. Suele fallar porque nos da una información que hacemos nuestra".

El buen resultado de una escucha de calidad

Muchas veces escuchamos esperando a que el otro termine de hablar para poder hablar nosotros, pero pocas veces lo hacemos por el simple hecho de atender a la otra persona. Sonia Díaz define la escucha de verdad cuando se hace "con interés genuino, sin juzgar, sin intentar dar soluciones o consejos no solicitados y hacer preguntas relevantes que puedan marcar la diferencia en la comunicación, para comprender y ayudar a la otra persona a que se comprenda a sí misma".

Para ofrecer una escucha activa, tiene un papel importante la asertividad. En este sentido, asegura que: "Una persona asertiva tiene la capacidad de comunicarse de tal manera que se hace respetar a la vez que respeta a los demás. Se siente cómoda y se comunica de manera serena, desde la calma y con seguridad. Y lo hace en el momento oportuno y de la forma adecuada".

Y es ahí donde pone el foco, en nuestro interior y en ese diálogo que refleja que el trato que le damos a los demás es el que tenemos cuando conversamos con nuestro interior. Cuando aprendemos a usar la asertividad, tenemos la capacidad de comunicarnos desde el respeto, la calma y la seguridad. 

Claves para entendernos con nuestra pareja

La experta en gestión de la ira asegura que una manera de saber si estamos siendo asertivos en la comunicación con nuestra pareja, es mirarse hacia adentro y ver si te estás respetando a ti mismo. En este sentido, nos sugiere que nos planteemos las siguientes preguntas:

• ¿Me estoy respetando? 
• ¿Qué es lo que hago para que otras personas me respeten?
• ¿Estoy respetando a los demás?

"Identificar nuestro estilo de comunicación, observar en qué situaciones nos sentimos más o menos cómodos para mostrarnos asertivos y analizar si hay coherencia entre nuestros pensamientos y lo que expresamos son aspectos clave para mejorar nuestra asertividad". En esta ocasión, sugiere que nos hagamos las siguientes preguntas: 

• ¿Cuál es mi estilo de comunicación?
• ¿En qué situaciones y con qué personas me siento más o menos cómodo para mostrarme asertivo?
• ¿Existe coherencia entre lo que pienso y lo que digo?

Aunque no es fácil, la experta en gestión de la ira, Sonia Díaz Rois, asegura que "la asertividad se puede aprender y desarrollar mediante el autoconocimiento, la gestión emocional y la observación de nuestras relaciones". "Y la buena noticia es que", continúa, "como la vida va de relaciones, podemos practicar la asertividad en cualquier momento, tanto con uno mismo como con los demás", concluye.