La vejiga hiperactiva es una condición médica que afecta a millones de personas en todo el mundo, siendo más común en mujeres y en adultos mayores. Según la Asociación Española de Urología, se estima que 11,8% de la población general sufre de vejiga hiperactiva, con tasas similares en mujeres y varones, afectando a más de 400 millones de personas en el mundo (11,12). La prevalencia aumenta con la edad, ascendiendo a un 30-40 % de personas mayores de 75 años afectadas.

Esta enfermedad se caracteriza por una urgencia repentina e incontrolable de orinar, así como por la frecuencia excesiva de la micción. Esta cantidad de veces tiene que superar las ocho al día en las que una persona va a orinar.

Esta enfermedad afecta a la calidad de vida de las personas. Imagínate que estás trabajando y, de repente, sientes una necesidad urgente por ir al baño y así continuamente, interrumpiendo tu jornada laboral, afectando a tu concentración y productividad. Y ya no solo en el terreno laboral, sino que esas interrupciones también se producen por la noche en la que tienes despertares frecuentes provocados por la necesidad urgente de orinar.

También afecta a las relaciones sociales. No te atreves a hacer planes con otras personas porque sabes que en cualquier momento y de repente tendrás que ir al baño. Por lo que te da entre miedo y vergüenza por no poder llegar a tiempo y que se produzcan fugas porque es algo que te resulta muy difícil de controlar. 

No tienes que sentirte mal por tener los escapes involuntarios. Lo que sucede es que cuando la vejiga se llena, el sistema nervioso manda una señal al cerebro en la que le indica la necesidad de orinar. Una vez que vas al baño, estas señales nerviosas coordinan la relajación de los músculos del suelo pélvico y los músculos de la uretra. Los músculos de la vejiga se contraen y, de este modo, expulsan la orina. Y todo esto puede deberse a una combinación de varias causas.  

Causas de la vejiga hiperactiva

Las causas exactas de la vejiga hiperactiva no siempre son claras, ya que puede deberse a una combinación de factores. El primero es que haya una hiperactividad en el músculo detrusor que es el responsable de contraerse durante la micción para vaciar la vejiga y esta contracción involuntaria debido a la hiperactividad en la vejiga es la que manda al cerebro la necesidad urgente de orinar y, con ello, la frecuencia.  

Una vejiga hiperactiva puede verse reflejada por alteraciones en los nervios que transmiten las señales entre la vejiga y el cerebro porque se ha producido un cambio en los receptores nerviosos. Por otra parte, hay que que prestar también atención al estilo de vida que llevamos porque un consumo excesivo de líquidos, así como también el de ciertos alimentos, como los picantes, y las bebidas como las que contienen cafeína o alcohol también son condicionantes que favorecen que una vejiga sea hiperactiva. 

¿Tienes estrés o ansiedad? Practica métodos de relajación para que la musculatura de tu vejiga también se vaya relajando, en la medida de lo posible. 

La vejiga hiperactiva tiene tratamiento, pero al ser una combinación de factores el tratamiento puede variar. En este sentido, puede implicar una combinación entre un cambio en el estilo de vida, terapias conductuales entre las que se incluye un programa de entrenamiento para la retención, modificar hábitos de vida, así como también la prescripción de medicamentos y, en casos graves, procedimientos quirúrgicos.