integración

"Los jóvenes inmigrantes son influenciables, sólo son niños"

  • Michel Bustillo, de la ONG 'Voluntarios por otro mundo', da algunas claves para evitar la radicalización de los menores

  • "Necesitan buenos referentes"

Michel Bustillo lleva unos 10 años dedicado a mejorar la integración de jóvenes ex tutelados, aquellos inmigrantes que el día en el que cumplen los 18 años se ven abocados a vivir en la calle por la finalización de la acogida legal de las administraciones. "Son niños. Que la gente piense cómo era cuando tenía 17 ó 18 años. No tienen madurez y las administraciones dicen que ya se pueden valer por ellos mismos. A diferencia de otros jóvenes, ellos no tienen una red social que les ampare. Sus padres viven en otro país, no tienen profesores, entrenador de fútbol o cualquier otra figura que les sirva de referencia", explica Bustillo. Por eso, la asociación 'Voluntarios por otro mundo' (creada por el ex Defensor del Pueblo andaluz José Chamizo) trata de corregir ese déficit de las administraciones. En Jerez cuentan con tres casas de acogidas en las que residen 25 chicos marroquíes a partir de los 18 años. Este lunes llega uno más. "Si no es por nosotros se vería en la calle". Y Bustillo lo ve claro. "Son carne de cañón, son muy influenciables porque son niños", insiste.

Este formador indica que "es fácil meterles cualquier idea negativa en la cabeza". En el trasfondo se encuentran los atentados de Barcelona. "Habría que estudiar qué trabajo de integración se realizó con esos chicos. Yo entiendo lo que ha pasado porque llevo años clamando que esto podía ocurrir". En el trato diario de Bustillo con estos jóvenes inmigrantes de Jerez, reconoce que él mismo es "una gran influencia para ellos. Si caen en manos de radicales, se les puede radicalizar. Igual que también se puede conseguir lo contrario y que generen una actitud crítica. Que sepan decir que no a quienes intenten venderles un trozo mayor del cielo si cometen un atentado". A su juicio, el riesgo de caer en la yihad se cura "con formación. De los 25 chavales de las casas de acogida de nuestra ONG, 7 ú 8 pasan ahora de un ciclo medio a un ciclo superior, y eso es un logro".

Las administraciones se desentienden de los tutelados a los 18 años, y eso es un peligro"Estos días están viviendo el racismo creciente, les pido calman y que entiendan lo que pasa"

Todos los jóvenes con los que trabaja han llegado en patera. "Tienen un proyecto al llegar aquí. La familia quiere que lo más pronto posible trabajen para que les envíe dinero a Marruecos. Y la integración, la formación, requiere mucha paciencia, un tiempo que a veces ellos mismo no se dan. Hay que saber encauzarlos porque vienen sin apenas saber el idioma". Lo importante en esta tarea es que "en su entorno se relacionen con chicos y chicas de aquí, que hagan una vida lo más integrada posible". Según Bustillo, "estamos en un momento muy difícil. La sociedad siente mucho dolor, indignación. Pero pediría que no lo expresaran tan abiertamente porque estamos viviendo un incremento de la xenofobia y el racismo muy preocupante". Y lo desarrolla con un caso muy ilustrador. "Esta semana acompañé al banco a uno de los chicos del piso tutelado. Estábamos en la cola y una mujer se puso a decir unas cosas desagradables en alto que le afectaron. No se dirigió directamente a él, pero iba por él. Lo cuento así porque lo vi con mis propios ojos. Ellos me dicen que están sufriendo comentarios y miradas y les pido que tengan paciencia, que entiendan el momento actual". En cualquier caso, "a mí no me preocupan los ex tutelados que tenemos en la ONG, me preocupan los otros muchos para los cuales no tenemos capacidad. El que viene este lunes va a tener que dormir en un sofá porque apenas tenemos espacio, hacemos lo que podemos".

Uno de los medios de radicalización más evidente se encuentra en internet. "Creo que en España existe una falta de control al respecto. Ahora mismo, vas a cualquier centro educativo y tienen la red wifi gratuita (de acceso a internet) abierta a todo el mundo. Habría que hacerlo de otra forma porque simplemente con su móvil pueden empezar a navegar y encontrar cualquier contenido. Y si a eso le sumamos esa falta de capacidad crítica, de madurez, que tiene la mayoría de chicos de 17 ó 18 años...".

La radicalización no es el único peligro al que se enfrentan estos jóvenes. "Hablamos de prostitución, de delincuencia. Las administraciones deberían plantearse qué hacer con todos los que vienen, porque son un colectivo en enorme riesgo de exclusión. El año pasado nos hicimos cargo de un chaval de 18 años que estaba terminando cuarto de la ESO, que estaba a punto de conseguir el título. La Junta lo dejó en la calle. Nosotros lo escolarizamos y le hemos puesto referentes. Si no, un chico que iba bien encaminado y que estaba estudiando se habría convertido en carne de cañón. Necesitamos una visión amplia de lo que queremos hacer. Yo pido a las administraciones que no les dejen a los 18 años. Al final se pone en riesgo la seguridad de todo un país", concluye.

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