Domingo de Feria

La marea azul toma el Real de la Feria de Jerez

Jugadores y aficionados del Xerez CD celebran en la Feria el ascenso virtual.

Jugadores y aficionados del Xerez CD celebran en la Feria el ascenso virtual. / Miguel Ángel González

El reloj aún no ha marcado las cinco este domingo. En las casetas, los platos de choco frito y las jarras de rebujito vuelan de mano a mano. “Una más”, pide un señor a una camarera alzando ya la botella vacía. De repente, una nube de polvo comienza a levantarse junto a la portada principal de la Feria. “¿Qué pasa?”, pregunta una niña intentando mirar para fuera entre las piernas de varios adultos que comen en una bota. Una marea de jugadores y aficionados del Xerez CD celebran el ascenso virtual del equipo, entrando por el Real como una ola de color azul.

Cantando a viva voz, con pañuelos, bufandas y banderas moviéndolas al aire, los aficionados toman el González Hontoria como unos triunfadores. Agentes de la Policía cortan el paso de los coches de caballos para que los aficionados crucen con seguridad los puntos más delicados del paseo, “vamos todos a una, como debe ser”, abriéndose hueco entre la multitud esta marea azul. Una auténtica fiesta que seguro que continuó hasta bien entrada la noche.

Este domingo de Feria fue más que un domingo. Teniendo en cuenta que el sábado por la noche pasear era prácticamente imposible por la cantidad de gente que había para el alumbrado, esta jornada se vivió con gusto. Con gente sí, pero sin tener que ir pidiendo permiso cada dos pasos para poder llegar a una caseta.

El mediodía y las primeras horas de la tarde dibujaron un domingo perfecto. Temperatura agradable (calorcito, pero soportable) y con muchas ganas de pasarlo bien. “Hay ganas de Feria, ya nos tocaba”, dice un señor antes de subirse a un enganche. Los vendedores ambulantes hacen sonar las cañas mientras que una mujer canta por tangos en González Byass.

A pesar de que el deseo era escuchar más flamenco y menos reguetón, lo cierto es que en muchísimas casetas tras la comida hay más dj que tablao. Beso en la boca es cosa del pasado. La moda ahora es enamorar pelado. Las manos hacia arriba bate palmas sin parar. Moviendo todo el cuerpo y comienzas a bajar... Y la gente se vuelve loca... “Lo más raro del mundo es ver a gente ahora bailando sevillanas”, dice un hombre con una cámara en las manos buscando esa estampa de la Feria.

Mientras esta canción suena en la calle José Mercé, en la rotonda junto al templete una madre intenta dormir a su bebé vestida con un traje azul y blanco de gitana. “Por favor, ¿me haces una foto? Tengo que hacer un trabajo sobre la Feria de Jerez”, me pide minutos después una joven con acento argentino.

Junto a la barandilla de una caseta de la calle La Paquera de Jerez, unas niñas juegan descalzas con el albero como si estuvieran en la playa. Otras, comienzan a dar vueltas y vueltas haciendo volar sus volantes con una felicidad contagiosa. “Cuidao chiquilla”, lanza una mujer a una joven vestida de flamenca que casi se la lleva un enganche.

“¡Feliz día de la madre!”, le dice una joven a una señora mientras la abraza en una mesa situada en la terraza de una caseta. No es mal sitio para celebrar este día, sobre todo porque para muchos ir a comer a la Feria es un regalo teniendo en cuenta algunos precios.

Así es la Feria. Una Feria de contrastes. De sentidas bulerías y de ‘sube las manos pa’rriba, también pa’ abajo, también por lado, pa’ otro lado...’. Es una Feria para todos los gustos y abierta. En la que lo mismo compras un clavel, que unas gafas de sol, un sombrero, un globo o almendras fritas.

Una Feria de audios de whatsapp (¿ya nadie escribe mensajes?) y de videollamadas desde los coches de caballos, mostrando las bondades de nuestra Feria a aquellos que no pueden disfrutar de ella. De selfies y de reels. El mejor escenario para una despedida de soltera (que han visto algunas) y para hacerse un book de fotos (paciencia tienen los amigos/familiares que se prestan para tomar las imágenes...).

Yo soy del sur, Andalucía es mi tierra y la Feria, la Feria nuestra casa. Porque estos días, como en el Real, en ningún lado.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios