Jerez

En defensa de la torre-campanario de Estella del Marqués

  • Forma parte del conjunto unitario del templo y sin ella pierde su sentido litúrgico y estético

Estella del Marqués es un pueblo de colonización de los ocho que construyó el Instituto Nacional de Colonización (INC) en el término municipal de Jerez de la Frontera, dentro de la Zona Regable del Guadalcacín. Está incluido en el Catálogo General del Patrimonio Inmueble de Andalucía por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de Andalucía e inscrito en el Registro Andaluz de Arquitectura Contemporánea (RAAC).

Fue proyectado por el arquitecto Fernando Cavestany Pardo-Valcárcel en el año 1954, autor de la preciosa Capilla de la Universidad Laboral de Córdoba; del Laboratorio Lafargue de Villanueva de la Sagra en Toledo, ejemplo de la arquitectura de los años 60-70 e integración de las artes; y en nuestra provincia el poblado de colonización de El Coto de Bornos y del ambulatorio Cayetano Roldán de San Fernando, considerado uno de los mejores ejemplos de la arquitectura sanitaria española de los años cincuenta, obra incluida por la Consejería de Cultura en el Catálogo General de Bienes Protegidos de Andalucía, como ejemplo del Movimiento Moderno.

El proyecto urbanístico de Estella es racionalista de tipo ortogonal, inspirado en los campamentos romanos. El diseño inicial del centro cívico situado en el cruce de las dos vías principales, que estructuran la trama urbana, fue modificado para situarlo en un altozano existente en la zona noroeste del poblado. Con este cambio se le daba más prestancia, visibilidad y dominio al Ayuntamiento y a la iglesia, que quedaban ubicados en una zona excéntrica al caserío.

La iglesia de San Miguel, el edificio más importante y monumental, se abre en la zona norte de la plaza, que recibe el mismo nombre, afrontada al edificio del Ayuntamiento, que, como símbolo del poder civil, se yergue airoso con su torre del reloj coronada por un chapitel de cerámica de brillos metálicos, que parece competir con el edificio religioso. Una galería porticada de arcos rebajados, que hace las veces de claustro abierto, cierra la plaza y sirve de nexo de unión de ambos edificios. La plaza es blanca, bella y de una gran plasticidad.

La fachada de la iglesia de San Miguel, de planta curva, desornamentada, abstracta y esquemática, es sumamente sencilla. El acceso al templo se realiza a través de un pequeño pórtico adintelado, soportado por dos pilares. Una celosía horizontal de vanos triangulares da luz al coro situado a los pies; dos ángeles orantes en relieve, atribuidos por Guillermo Martínez Salazar al escultor Carlos Ferreira de la Torre, flanquean la fachada. Tres cruces de calvario en hormigón coronan el conjunto.

A los pies de la iglesia se levanta la airosa torre campanario de planta de cruz griega, realizada en hormigón. Totalmente minimalista, sus brazos están perforados de forma rítmica por pequeños vanos con arcos de medio punto en los que se instalan las campanas en zig-zag. Esta torre, diseñada por el arquitecto Fernando Cavestany, repite el mismo modelo que había proyectado dos años antes, 1952, para la capilla de la Universidad Laboral de Córdoba. Sigue conservando su modernidad por el grado de abstracción y la espiritualidad que le confiere su sencillez y simplicidad. Nos recuerda obras del arquitecto Miguel Fisac.

La planta del templo es sectorial, triangular de frentes curvos, rompe totalmente con la axialidad de la planta tradicional basilical; este tipo de planta acerca a los fieles al oficiante y permite su participación más activa en la liturgia de la misa. En este sentido, este templo se adelantó a las directrices del Concilio Vaticano II (1965). El interior del templo es austero y sencillo, de paramentos vacíos, sin decoración; los muros laterales son convergentes hacia el presbiterio y la cubierta es descendente hacia la cabecera para conseguir un mayor recogimiento y espiritualidad. El modelo de templo, planteado por Fernando Cavestany, está totalmente en consonancia con la obra realizada por el arquitecto Miguel Fisac, gran revolucionario del espacio sacro en España, en el que evidentemente se ha inspirado.

La iglesia de San Miguel debemos conservarla por ser un ejemplo de la arquitectura del Movimiento Moderno de Andalucía. Hoy luce desmochada, se ha tirado la torre campanario por amenazar ruina. Pero debemos exigir su rápida restauración por varias razones: la torre campanario forma parte del conjunto unitario del templo, sin ella pierde su sentido litúrgico y estético; es el edificio más monumental y simbólico del pueblo, obra singular del Movimiento Moderno del arquitecto Fernando Cavestany; la torre campanario es esencial en el skay-line de Estella del Marqués y es quizás una de las señas de identidad más importantes del poblado para sus habitantes.

Para terminar, sólo recordar unas frases de nuestra reciente publicación Arquitectura y Arte en los Pueblos de Colonización de la Provincia de Cádiz: Nuestro objetivo no es otro que dar a conocer y visualizar un patrimonio muy actual, que no es considerado como tal por desconocimiento y por tanto poco valorado, cuando no menospreciado. Es primordial, para evitar pérdidas, cambios o destrucciones irreparables, identificar, dar a conocer, poner en valor, conservar y proteger estas obras, cuyo factor más importante de deterioro suele ser la indiferencia y el desconocimiento más que el paso del tiempo.

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